El hígado se mantiene en su posición, gracias a los siguientes elementos:
- Ligamento redondo, resto del cordón umbilical del feto.
- Ligamentos coronarios, son dos y se encuentran en el borde superior. Cada uno consta de dos hojas, que se unen para insertarse en el diafragma. - Ligamento suspensorio, situado en la cara anterosuperior, que separa al hígado en los lóbulos derecho e izquierdo. - Epiplón gastro-hepático desde la curvatura menor del estómago hasta la parte media de la cara posteroinferior del hígado. - Apéndice fibroso, situado en el extremo izquierdo. Se inserta en el diafragma. - La vena cava inferior también sirve para sujetar al hígado.
El hígado presenta dos caras:
A) Anterosuperior: es lisa y casi en su totalidad está e contacto con el diafragma y los músculos de la pared abdominal.
B) Posteroinferior: en ella hay una serie de surcos que adoptan la forma de una H. Esta especie de H da lugar a cuatro lóbulos ópticos, en los que se pueden ver las impresiones que dejan los órganos de alrededor:
- Lóbulo derecho: presenta la impresión renal derecha y la impresión cólica. - Lóbulo izquierdo: impresión gástrica que ocupa casi todo el lóbulo. - Lóbulo cuadrado: impresión duodenal. - Lóbulo de Spiegel.
El hígado tiene dos bordes: superior e inferior.
El borde superior es redondeado y está en contacto con el diafragma y, por medio del mismo, con las pleuras, pulmón y corazón.
El borde inferior es fino y cortante. Presenta dos incisuras: una de la vesícula biliar y otra del ligamento redondo.
El hígado está constituido por dos capas externas y el tejido propio o parénquima hepático. Una capa externa está formada por los ligamentos; la otra capa externa es fibrosa y se llama cápsula de Glisson, que envía tabiques hacia el tejido propio del hígado.
En el parénquima hepático están los lobulillos hepáticos (unidades funcionales hepáticas de forma poliédrica), y en ellos hay conductos excretores intralobulillares que desembocan en los extralobulillares, y éstos en los perilobulillares, que van al conducto hepático. Además, en cada lobulillo hay una arteria y una vena intralobulillar y células hepáticas.
Los conductos excretores de la bilis son:
- El hepático. Es muy corto, y en su constitución presenta dos capas: una externa fibromuscular, de fibras longitudinales, y otra interna, mucosa, de color rosa pálido.
- El cístico. Comunica la vesícula biliar con el conducto hepático. Tiene de 8 a 9 milímetros de longitud y está formado por dos capas: fibromuscular y mucosa interna, que presenta las válvulas de Heister para impedir el reflujo de la bilis.
- Vesícula biliar. Es el órgano reservorio de la bilis, importante en la digestión o absorción de las grasas, y que sirve como canal para la expulsión de sustancias de desecho. Tiene forma de pera y en ella se consideran tres partes: cuerpo, cuello y fondo. La vesícula biliar está constituida por una capa externa serofibrosa, con un ligamento que la une al hígado, una capa muscular con fibras longitudinales y circulares, y una capa interna de mucosa, con abundantes pliegues.
- El colédoco. Es el más grueso y largo de todos. Mide de 3 a 4 centímetros y presenta tres capas: fibrosa, muscular de fibras longitudinales y mucosa.
Este conducto desemboca en el duodeno junto al conducto principal del páncreas por medio de la ampolla de Water, que tiene al final el esfínter de Oddi.