Con el paso de los años (e incluso, a veces, desde edades muy jóvenes), un gran número de personas ve cómo su abdomen va aumentando de volumen y adquiere una considerable protuberancia de forma esférica.
Generalmente esto se produce entre los individuos de uno y otro sexo con hábitos sedentarios.
¿Cuáles son, entonces, los factores causantes de dicho problema?
A pesar de lo que "a priori" nos puede parecer, no suele tratarse casi nunca de un problema de obesidad localizada y mucho menos general, sino de pérdida de tono muscular en aquellos grupos musculares que vienen a constituir la "faja anatómica" de nuestro vientre, el sostén que impide que éste se descuelgue y adopte la inestética figura semiesférica (por otra parte, algo peligroso para la salud, ya que supone trastornos intestinales y problemas de espalda).
El que la dilatación de vientre no se relacione siempre con la obesidad se puede observar fácilmente en aquellos deportistas con aspecto grueso (ciertos lanzadores de peso y martillo, luchadores de categorías pesadas, etc.), quienes a pesar de presentar un abdomen de considerable tamaño mantienen un elevado tono muscular en los grupos de la cintura.
¿Cuáles son los trastornos que ocasiona un vientre dilatado?
En primer lugar, este problema es característico de las mujeres embarazadas y de aquellas personas con escasa actividad física, tanto a nivel profesional como deportivo o de simple acondicionamiento.
Independientemente de modificar la imagen exterior, de gran importancia en el mundo actual, lo que va a suponer para muchas personas trastornos psicológicos, a todos los individuos, el vientre dilatado les producirá problemas en la columna vertebral.
La dilatación de los músculos abdominales va a ser causante de la aparición del vientre abombado, factor que va a incidir de forma activa en aumentar la lordosis lumbar, ocasionando así dolores de distinta índole en esta región del organismo.
Hay que tener en cuenta que unos músculos abdominales bien desarrollados y tonificados van a proteger de forma eficiente nuestra columna vertebral de todos los traumatismos exteriores, así como a garantizar la correcta posición vertical del ser humano.
¿Es posible reducir una dilatación abdominal y llegar a hacer que desaparezca?
Sí, y para ello va a ser necesario reforzar nuestros músculos abdominales y mantener o incrementar su tono muscular.
Para una mejor comprensión de estos conceptos vamos a ver en primer lugar cómo está constituido anatómicamente nuestro abdomen.
Con anterioridad nos referiamos a la denominada "faja anatómica", esa suspensión natural que está constituida por un entramado de grupos musculares denominados recto anterior del abdomen (los músculos de la parte frontal, desde el estómago hasta el pubis), oblicuo externo y oblicuo interno (músculos de ??la cintura) y transverso del abdomen.
La finalidad de estos grupos musculares va a ser la de dotar a nuestro tronco de movilidad, disminuir el diámetro abdominal e intervenir en la mecánica respiratoria (músculos espiradores) como factores principales de su intervención.
Su disposición va a determinar el diámetro de nuestro abdomen y, por ende, su tamaño, unas variables que se pueden modificar por medio de nuestra conducta de trabajo y ejercicio.
A continuación, y de forma esquemática, vamos a indicar algunos ejercicios físicos de fácil ejecución, que nos van a ser de utilidad para recuperar y mantener siempre un abdomen de dimensiones y forma correctas.
Entre ellos destacan las elevaciones de tronco desde el suelo, las extensiones de piernas, las elevaciones con giro incluido y las tijeras y giro con apoyo, movimientos que trabajan perfectamente lo oblicuos y abdominales y que se pueden efectuar en nuestra casa o en la habitación de un hotel, ya que el mismo suelo una silla o el borde de la cama son suficientes para que podamos trabajar con la máxima efectividad nuestra sección media.
Además, esto nos permite entrenar los abdominales durante los períodos de tiempo libre, lo que potencia y acelera la reducción de la dilatación de vientre.
Finalmente, y a manera de conclusión, hemos de decir que el uso indiscriminado de fajas artificiales va a producir atrofia de los músculos abdominales y oblicuos, al no permitirles servir de sostén de las visceras, lo que les hace perder paulatinamente su tono y aumentar de forma progresiva el volumen de nuestro vientre y la dificultad para hacerlo regresar a sus condiciones normales.