Cuando se habla de aptitud física de un individuo, nos estamos refiriendo al estado en el que se encuentran reunidas las distintas cualidades físicas, esto es, resistencia, velocidad, fuerza, coordinación, etc.
La flexibilidad, cualidad básica, va a ser de gran importancia para el correcto desarrollo de las otras cualidades, que juntas constituyen la condición general de acondicionamiento físico.
¿Qué entendemos por flexibilidad?
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, se define la flexibilidad como la disposición de los cuerpos para doblarse con facilidad. A su vez, la elasticidad viene definida como la propiedad de los cuerpos en virtud de la cual tienden éstos a recobrar su forma y extensión cuando cesa de obrar la fuerza que las modificaba.
Tomando como referencia aquellas definiciones específicas que se dan dentro del mundo del deporte, podríamos definir la flexibilidad en general como la facultad fisiológica de lograr con facilidad y soltura la máxima amplitud de movimientos que permiten las articulaciones, pudiendo recuperar sin demora la posición inicial, sin que por ello quede modificada la estabilidad articular ni la eficacia muscular.
De esta definición se saca como consecuencia que la flexibilidad va a estar en relación directa con cada una de las articulaciones que van a componer nuestro aparato locomotor. Las diartrosis o articulaciones móviles van a ser las responsables de todas nuestras acciones, siempre, claro está, dirigidas por la acción de nuestros músculos.
Cada articulación del cuerpo humano va a estar dotada de una determinada amplitud de movimientos. Estos valores estarán siempre presentes al efectuar una sesión de flexibilidad.
La pregunta más importante es ahora, ¿de que factores va a depender el que tengamos mayor o menos flexibilidad?
Entre éstos se pueden distinguir fundamentalmente dos grupos, uno intrínseco (anatómico) y otro extrínseco (compuesto por diversos componentes).
Los factores extrínsecos o anatómicos son:
- La masa muscular. - La cápsula articular. os tejidos óseos. - Los ligamentos articulares. - Los músculos antagonistas. - Los músculos agonistas. - El tejido adiposo.
La masa muscular
Existen deportistas cuyo volumen muscular es muy grande, lo que llega a impedir el desarrollo completo de la articulación (amplitud articular).
La cápsula articular
Esta, en función de sus necesidades, va a presentar un grosor determinado en una u otra zona, aumentando la estabilidad y disminuyendo la movilidad en un determinado movimiento. La articulación de la rodilla es un claro ejemplo.
Topes óseos
Constituyen un elemento al modificable. El choque de las carillas articulares va a impedir el movimiento en el codo (fosa olecraniana apófisis estifoides cúbito).
Los músculos antagonistas
Son el factor más limitante aunque también el más modificable mediante el entrenamiento específico de cada una de éstos.
Los músculos agonistas
Son los músculos encargados de producir un determinado movimiento. El desarrollo correcto de su fuerza mejorará notablemente la amplitud articular dinámica (deportes).