Uno de los objetivos principales de la práctica deportiva es el de mejorar las cualidades físicas que posee el ser humano.
En este caso la finalidad está orientada al fortalecimiento de los órganos y sistemas, a la elevación de las posibilidades funcionales del individuo y al perfeccionamiento y desarrollo de las cualidades físicas.
Las cualidades físicas se van a enmarcar en dos grupos bien diferenciados:
1. Cualidades físicas motrices, como son la flexibilidad, coordinación, agilidad y equilibrio.
2. Cualidades físicas básicas o condicionales. Estas van a ser la resistencia, la velocidad y la fuerza. Todas tienen su fundamento en los procesos energéticos.
La cualidad que vamos a analizar aquí es la resistencia. ¿En que consiste?
Va a ser la cualidad física básica que nos permite realizar un esfuerzo prolongado, como puede ser el caso de correr largas distancias, hacer uso de la bicicleta, etc.
Según la actividad física que realicemos, su intensidad y duración, vamos a distinguir dos tipos de resistencia:
- Resistencia anaerobia.
- Resistencia aerobia.
La resistencia anaerobia es aquella que nos permite efectuar una actividad física en ausencia de oxígeno. En ese caso, el oxígeno que respiramos no llega a la célula muscular. Es propio de aquellos esfuerzos de poca duración y elevada intensidad. En función de la duración de este esfuerzo el compuesto molecular ATP (combustible necesario para la contracción del músculo) puede o no producir ácido láctico.
Durante los primeros segundos de un esfuerzo físico intenso no se produce ácido láctico (resistencia anaerobia aláctica). Pero si el esfuerzo continúa (cuarenta o cincuenta segundos) aparece un ácido, el ácido láctico, del cual nuestro organismo puede admitir una determinada concentración en sangre (resistencia anaerobia láctica).
Los entrenamientos específicos de esta cualidad permiten que el individuo acabe soportando una mayor concentración de este ácido, lo que retarda la aparición de la fatiga.
Las carreras de 400 y 800 metros, así como deportes tales cual el balonmano, el baloncesto y otros, presentan estas características de esfuerzo.
La resistencia aerobia es aquella cualidad que nos permite realizar una actividad física, de media o baja intensidad, durante un período prolongado de tiempo. Se produce gracias a la presencia constante de oxígeno (en eso es diferente de la resistencia anaerobia, ya que aquí el oxígeno que respiramos alcanza la célula, lo que permite una producción perfecta de energía).
A partir, aproximadamente, del primer minuto de esfuerzo nuestro cuerpo necesita de un aporte continuo de energía para poder seguir trabajando. Así el oxígeno que tomamos del exterior alcanza el citoplasma de la célula muscular, concretamente los mitocondrios; éstos son auténticas centrales químicas, en donde se producen las distintas reacciones químicas.
Estas reacciones químicas, denominadas "Ciclo de Krebbs" y "cadena respiratoria", son las encargadas de que una molécula de glucosa produzca 36 ATP.
Como veíamos anterior mente, los ATP (Adenosina Trifosfato) proporcionan al organismo la energía necesaria para realizar cualquier actividad física.
La resistencia aerobia es fundamental para el desarrollo del total de las cualidades físicas e imprescindible para multitud de deportes, como carreras de 3.000, 5.000, 10.000 metros y maratones, ciclismo, natación, fútbol, rugby, remo, marcha, etc.