Los tejidos son agrupaciones de células de estructura similar, que desempeñan una función parecida, en este caso, dentro del cuerpo humano.
La rama de las ciencias biológicas, destinada a su estudio, es la histología.
Salvo algún caso especial, cada tejido es parte integrante de diversos órganos, con independencia del lugar que éstos ocupen en el cuerpo y, recíprocamente, casi todos los órganos están compuestos por varios tejidos.
Los tejidos se clasifican de la siguiente manera:
Tejido epitelial
Es el tejido celular que constituye la epidermis y las partes más esenciales de los órganos de los sentidos. Reviste los órganos internos y cubre la mayor parte de las cavidades del cuerpo; su característica principal es que las células están juntas, con poca materia intercelular, de modo que forman una membrana continua. Puede estar formado por una capa (epitelio simple) o por varias (estratificado); el epitelio glandular forma los riñones, el páncreas, el cuerpo tiroides y otras glándulas.
Tejidos de sostén
Estos tejidos sirven de soporte a otros tejidos, y se clasifican en conjuntivo, cartilaginoso y óseo.
Tejido conjuntivo. Tejido formado por largas fibras, según cuya naturaleza y disposición y según sean las células englobadas entre ellas, se distinguen diversas variedades: el tejido conjuntivo laxo posee haces ondulados, compuestos por delgadísimas fibras paralelas. Dichas fibras son las colágenas, que se hinchan y convierten en gelatina por medio de la acción en agua. El tejido conjuntivo elástico, con fibras que se ramifican y recobran su longitud primitiva después de haber sido distendidas. El tejido conjuntivo tendinoso y el tejido conjuntivo laminar, con fibras no ramificadas. El primero forma los tendones y el segundo constituye la aponeurosis o membrana que envuelve los músculos.
Tejido cartilaginoso. Es un tejido liso, suave y flexible; forma el esqueleto del embrión, excepto el cráneo; se encuentra también en las extremidades de los huesos de los adultos, donde refuerza las superficies duras de las coyunturas; en las orejas, nariz y tubos respiratorios, etc.
Tejido óseo: Tejido compuesto en, aproximadamente, su mitad por sustancias minerales, sobre todo sales de calcio. Los dos cuartos restantes son agua y materiales orgánicos, sobre todo colágenos. Es duro y de color blanco, y constituye el esqueleto de cuerpo humano y de los animales vertebrados y determinados peces.
Tejido adiposo
Está compuesto por células grandes redondeadas o poliédricas por presión recíproca, que contienen una gota de grasa, tan voluminosa casi siempre que rechaza el citoplasma hacia la periferia, reduciéndolo a una delgada capa que se adhiere a la membrana del interior del cuerpo.
Tejido muscular
La célula o fibra muscular es alargada, en forma de huso y siempre de gran tamaño. Según la estructura intracelular se distinguen dos variedades musculares: la lisa y la es triada.
La variedad lisa es propia de los músculos de contracción involuntaria, como los que forman las paredes de tubo digestivo y de los vasos sanguíneos. Los músculos estirados son los de contracción voluntaria con una salvedad, la víscera cardíaca o corazón, cuyos latidos no se aceleran ni disminuyen a voluntad.
Tejido nervioso
Las células destinadas a emitir los impulsos y a recibir las sensaciones son las neuronas, que ostentan varias prolongaciones: unas, las dendritas, que se ramifican repetidas veces y no son muy largas. Otra prolongación, única en cada neurona, es el axón, neurita o cilindroeje; esta prolongación es larguísima y se dirige a un órgano determinado.