Afrontar este problema con realismo es preguntarse y llegar a conocer hasta que punto es capaz la cirugía plástica de proporcionarnos el cuerpo o el rostro que siempre hemos deseado. También hay que saber cuales son las intervenciones más frecuentes y, sobre todo, cuando conviene operar y cuando no. "El cirujano plástico debe ser, ante todo, un buen psicólogo -afirma un conocido especialista porque sólo de esta forma puede conocer los pacientes a quienes conviene operar." Y es que existen muchos individuos que exigen a la cirugía plástica remodelaciones completas e inmediatas, búsqueda de parecidos exactos y niveles de belleza y perfección que no en todos los casos son factibles de lograr. Porque, ¿que es lo que impulsa a las personas a consultar al especialista en cirugía estética?: ¿el deseo de mejorar su fisonomía, de desembarazarse de un defecto, o un sentido de inferioridad o de inseguridad que sienten reflejado en su físico? La cirugía plástica ha demostrado producir buenos resultados, poder hacer casi milagros, pero sólo en quien esté dispuesto a aceptar sus limitaciones.
